El corazón de la luna, de Aldo Salvini

El cine peruano es diverso, pero la producción que llega a los multicines y recibe gran publicidad suele compartir una característica: tienen miedo de arriesgar. Son muchos los ejemplos de películas que toman caminos seguros para llegar a los públicos. Por esto es interesante encontrar una obra como El corazón de la luna. No tiene diálogo alguno (salvo lo no verbal), usa elementos visuales que remiten al sci-fi, pero es en esencia un film dramático sobre la pobreza y la soledad.

M. es una mujer anciana que vive inescapablemente en pobreza extrema y entre recuerdos que agravan su salud emocional.Un robot-ángel le dará un giro al desolador día a día que ella lleva. Es una historia, en ese sentido, cinematográficamente agotadora. La narración de la película es episódica (un suceso tras otro va ocurriendo y resolviéndose en el trayecto) pero cada episodio es similar. La miseria en la que está inmersa M. es el eje, el motor tras las acciones. Su desolación es tan persistente, que le grita al espectador/a que esto debe darle ganas de llorar. El guion pudo ser menos limitado. Es complejo y puede ser hasta problemático plasmar así a personas empobrecidas, porque claro que se necesita de compasión por ellos, pero también falta mirar y hablar más allá de ello.

Algo innegable es que la actuación de Haydée Cácerese le da una potencia increíble al filme. «El corazón de la luna» tiene esa cualidad, la de ser una película muda con una actriz tremendamente expresiva facial y corporalmente. Una sola mirada suya cuenta una historia. Tiene la profundidad de un horizonte. Los premios que recibió por su actuación son merecidos, como podrá notarse. Otro punto sobresaliente de la película es su trabajo en la dirección de arte, dirección de fotografía y todo el trabajo sonoro, incluyendo la música compuesta para la película. Lograron que los espacios urbanos tengan la atmósfera deseada de una fantasía.

A pesar de los reparos que se puede tener con «El corazón de la luna», algo que no se le puede negar es que sea arriesgada. Eso la diferencia y amerita darle la oportunidad de verla. Más allá de si logra quedar en nuestra lista de favoritas personales o no, o de si avanza en carrera hacia los premios Oscar, siempre es bueno ver una muestra más de la voluntad de crear cine en el Perú a partir de las emociones, buscando llegar no solo al mercado comercial, sino también a circuitos de festivales.